Tan cerca…Un repaso por el desgarrador final de Jago Geerts en la temporada 2022 de MX2

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Jago Geerts fue una de las sorpresas en el Motocross de las Naciones de 2022. Por primera vez a lomos de una 450cc, Geerts se proclamaba ganador en la manga clasificatoria de MXGP sobre Eli Tomac, ni más ni menos. Sin embargo tal actuación no fue más que un aliciente a la amarga derrotada que tuvo que vivir tres semanas atrás en el último Gran Premio de la temporada…

El siguiente reportaje fue publicado originalmente en Onboard Magazine Nº125 de septiembre, por Adam Wheeler.

TAN CERCA…

Debemos sentir pena por Jago Geerts. Después de dieciocho Grandes Premios y treinta y seis mangas en una campaña en la que se ha mostrado más digno de ser campeón que en cualquier otro momento en sus cinco años en MX2, el piloto de 22 años perdió la oportunidad de conseguir la primera corona para su país desde 2007, todo en cuestión de vueltas y minutos en la última prueba del año, en Turquía.

El comprensible abatimiento de Jago en el podio de Afyon suscitó la misma situación que atravesaron Romain Febvre y Tim Gajser hace diez meses. Sin embargo, la situación de Geerts era ligeramente diferente. El tranquilo belga sólo había terminado fuera del podio en dos ocasiones en diecisiete rondas antes de la prueba decisiva de Turquía, y había mantenido la placa roja como líder del campeonato en 12 ocasiones este año, incluyendo las cinco carreras anteriores hasta la última cita.

Geerts ya había quedado a las puertas del título en 2020 contra Tom Vialle. En 2021 estuvo envuelto en otra lucha por el título, pero esta vez contra su nuevo compañero de equipo, Maxime Renaux, quien prevalecía ante las sendas lesiones que debían lidiar Geerts y Vialle. En 2022, Geerts por fin se encontraba en forma y libre de los problemas (calambres en sus brazos y lesión de rodilla) con los que había estado lidiando. Renaux, por su parte, había dado el salto a MXGP y Vialle tenía que desarrollar la nueva KTM 250 SX-F a su vez que todavía estaba conmocionado por el fallecimiento de su compañero de equipo, René Hofer, en las primeras fases de la pre temporada más corta en la historia de los Grandes Premios.

Geerts había terminado fuera del podio en dos ocasiones en diecisiete rondas antes de la prueba decisiva de Turquía | Foto: JP Acevedo.

Jago volvía a ser el rey de la escuadra MX2 de Hans Corvers; equipo que había desarrollado la YZ250F en colaboración con la división técnica de Michele Rinaldi y Yamaha Motor Estados Unidos. La moto es posiblemente la mejor máquina y la más rápida de la categoría. Sin embargo, las expectativas se estaban creando en torno a la técnica natural y el potencial de su compañero de equipo, Thibault Benistant, aunque Geerts era la principal esperanza de la marca. Los astros se estaban alineando, especialmente cuando subió al podio en las cuatro primeras rondas y mostró más calma y madurez que en campañas anteriores. Geerts también estaba más centrado. A partir del tercer Gran Premio del año, ganó al menos una manga en nueve de las diez citas siguientes.

Hay mucho que admirar de la habilidad y velocidad de Jago. Es rápido y competitivo en casi cualquier condición. Su carácter introvertido puede hacer que sea menos simpático o afín en comparación con algunos de sus rivales más carismáticos, pero no caben dudas sobre el calibre de su dedicación y sus objetivos. Da la impresión que rodaría un sinfín de vueltas de entrenamientos en su circuito local (Lommel) solo por diversión. Tal vez su mayor defecto sea la falta de un instinto más agresivo, o de una fuerza de personalidad que le permita ser tan eficaz fuera de la pista como dentro de ella. A veces parece que el peso de una ocasión o la debilidad de la concentración conllevan a un duro castigo. Esta temporada quedó claro rápidamente que Geerts y Vialle estarían en un nivel aparte. Los dos compartieron podios en ocho ocasiones en los diez primeros Grandes Premios y, aparte del éxito de Simon Laengenfelder en el primer Gran Premio en el Reino Unido, el dúo se llevó el champán de ganador hasta la undécima ronda.

Vialle era un enemigo acérrimo (sería exagerado llamar a los rivales “amigos”; aunque el respeto mutuo es lo máximo). Incluso cuando Jago triunfó en la arena de Lommel frente a los agradecidos aficionados locales y luego se adjudicó la siguiente cita en Suecia, el francés se mantuvo en el ruedo. Vialle fue tercero en Bélgica y segundo en Uddevalla, con una desventaja de sólo 23 puntos a falta de tres pruebas. Ganar en Finlandia y luego gritar el éxito en su propia prueba de casa, en Francia, hizo que Vialle tuviera el impulso, ya que Geerts tuvo que lidiar con la mayor presión competitiva de su carrera hasta la fecha. Los pequeños deslices y errores volvieron a resultar más costosos de lo que merecían. Se mantuvo en los puestos de honores, pero un margen de 2 puntos antes de Turquía y el quinto GP en siete semanas materializó la segunda contienda consecutiva hasta la última manga del año luego de lo que fue la categoría reina en 2021.

La victoria de Vialle en la primera manga en Afyon prolongó el empate. El piloto de KTM ya era campeón del mundo por segunda vez en caso de empate a puntos, gracias a su mayor número de victorias en GP (10 frente a las 6 de Geerts) y de mangas (17 frente a las 12 de Jago, lo que consolidaba la discusión sobre qué piloto era el más merecedor en 2022). La narrativa relativamente opaca de la categoría reina en 2022 en la que Tim Gajser fue moldeando su cuarta medalla de oro de la FIM, fue eclipsada por la contiende entre Vialle y Geerts luchando tanto por el Gran Premio como por un lugar en los anales del deporte. La caída que protagonizaron Vialle y Geerts parece simbolizar la dinámica de la pareja: Vialle, el agresor y el que aprovecha la oportunidad para beneficiarse de la proactividad, mientras que Geerts no tuvo suerte, pero tampoco supo esquivar sus propias trampas.

La diferencia después de un largo año fue de 6 segundos en la bandera a cuadros y sólo 4 puntos en la clasificación: 758 a 754. Geerts y Vialle habían avivado la débil llama de MX2 cuando el certamen estaba siendo criticado por la cantidad de pilotos, la inminente presencia de EMX250 y el futuro de los Grandes Premios. Para Vialle fue la conclusión de un cuento de hadas a su última temporada en MX2 que cierra un asombroso período de cuatro años en el campeonato del mundo, en el que pasó de cero a convertirse en el cuarto doble campeón de KTM en los últimos diez años, y en el decimocuarto desde 2004. Para Geerts fue su tercer subcampeonato y el cuarto año que se clasifica entre los tres primeros de MX2. Sólo Tommy Searle (también tres veces subcampeón) se acerca a la etiqueta de “casi campeón” de Jago.

La diferencia después de un largo año fue de 6 segundos en la bandera a cuadros y sólo 4 puntos en la clasificación: 758 a 754. | Foto: JP Acevedo.

El largo viaje de vuelta a Bélgica debió de ser arduo. Geerts había llevado ese atractivo tono rojo en la Yamaha durante mucho tiempo y casi lo convirtió en oro. Un pequeño consuelo podría haber sido saber que su nuevo contrato con Yamaha incluye un último intento en MX2 en 2023, y luego una transición garantizada a MXGP con una YZ450F en 2024, pero el dolor habrá duro en Turquía; tanto hasta el punto de que Jago ni siquiera asistió a la conferencia de prensa final.

Su némesis de KTM no estará junto a él en 2023, pero sabe que las amenazas vendrán (de nuevo) desde dentro de su equipo gracias a las capacidades de Benistant y a que adolescentes como Laengenfelder y Kay De Wolf seguramente serán más fuertes. Independientemente de lo que tenga que afrontar Jago la próxima temporada, el factor vital será su aprendizaje de la experiencia más amarga de este verano. Si el #93 puede analizar de alguna manera lo que salió mal en el último tramo, entonces la ventana hacia el título podría seguir entreabierta y la celebración finalmente reemplazará a la conmiseración.

Dos expresiones que lo dicen todo…| Foto: JP Acevedo

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