El ascenso de Daniela, el poder de un equipo

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Reportaje extraído del número #122 de nuestra revista online, OnBoard Magazine, disponible aquí.

El camino hacia la gloria nunca es fácil. Menos aún cuando hablamos de deporte, de motor y en femenino. Ya era hora de que el mundo se diera cuenta de que el género no debe ser un determinante para el día a día de la persona… y decimos que ya era hora porque hemos tenido que llegar al siglo XXI para que se vaya equiparando el trabajo, esfuerzo y sacrificio por sexos. Queda mucho por hacer, mucho por concienciar y todo por despertar.

Si bien es cierto que en España ha habido, desde que tengo uso de razón, varios deportes, como el tenis o el esquí, entre muchos otros, en los que hemos tenido representación con mayúsculas que ha dejado huella, mucho ha costado y está costando que los nombres propios de chicas se hagan un hueco en el ecléctico universo del motor. Con Laia Sanz como referente, son otras como Sandra Gómez o Mireia Badia las que buscan ser profesionales en aquel trabajo en el que han decidido involucrarse. En el motocross, cómo no, hay que hacer referencia a todas y cada una de las pilotos que integran las parrillas de nuestro Nacional, las que pelean en los Regionales y las que sueñan con llegar donde se encuentran ahora las protagonistas de nuestro reportaje, Gabriela Seisdedos y Daniela Guillén.

Puede parecer muy fácil lo que estamos viviendo con el equipo femenino de la RFME, pero no lo es. El término ‘equipo’ queda acuñado a fuego en una estructura que hace menos de un lustro tan solo parecía una quimera, un sueño o una idea alocada que nunca cobraría vida.

Que Guillén subiera al podio en Cerdeña en tercera posición no es fruto de la casualidad. Que ganara una manga y fuera segunda en el Gran Premio de España 2022, tampoco.

Menos aún que veamos a toda una Gabriela Seisdedos, con su amplio bagaje en estos frentes, celebrando como propio el triunfo de una compañera, algo a lo que no estamos demasiado poco acostumbrados en este ‘mundillo’. No obstante, las cosas cambian… y lo hacen en muchos sentidos.

La temporada no comenzaba nada bien en el seno del equipo que lidera Fernando de Portugal. A la alegría y ganas de un proyecto llegaron las caras largas, la pesadez de los malos momentos y preguntas, muchas preguntas, que, en parte, pudieron llegar por el rasgo que tanto caracteriza al gen español, el del hablar por hablar, meter el dedo en la llaga e intentar, no siempre con malicia, eso sí, poner más losas al trabajo de los demás.

Las dos pilotos se perdían las dos rondas iniciales del Mundial en Lombardía y Portugal. Primero, por sendas lesiones, posteriormente al no estar al cien por cien para mostrar todo el potencial que requiere el medirse a las rivales más rápidas del planeta.

El foco, a partir de ese momento, se puso Cerdeña. Y fue donde se dio la machada.

La tercera cita del Mundial WMX Féminas marcó un nuevo hito histórico en la escena del motocross español gracias a una fantástica carrera de Daniela Guillén, que se convirtió en la primera española en lograr un podio en el Mundial WMX Féminas.

La piloto del equipo RFME cerraba la primera jornada del Gran Premio de Cerdeña como una de las posibles aspirantes al podio en la competitiva parrilla de salida de WMX. Durante el sábado, Daniela había logrado la pole position y en la primera manga demostraba que la mejor marca en cronos no fue una casualidad. Daniela se ubicaba en el sexto lugar en los primeros compases de carrera, pero en cuestión de un par de vueltas fue capaz de ejecutar dos adelantamientos que le posicionaron en la cuarta posición. La diferencia con el top 3, compuesto en ese momento por Lynn Valk, Shana van der Vlist y Nancy Van de Ven, era de 9 segundos. Afortunadamente para Guillén, Nancy Van de Ven cometió un error que le costó demasiado tiempo, perdiendo el tercer lugar en manos de la española. Una vez tercera, Guillén mantuvo la posición con gran jerarquía hasta la bandera a cuadros.

En la segunda manga, disputada el domingo, Guillén consiguió una mejor salida desde la valla interna más próxima a la línea de la primera curva. Eso le permitió tomar una pronta ventaja, colocándose en cuarto lugar. En unos pocos giros, saltaba a la tercera posición y ponía la mirada sobre la lucha por el primer lugar entre las holandesas Nancy van de Ven y Shana Van der Vlist. Daniela intentó llegar a ambas, pero las demandas físicas de un trazado tan duro como el de Cerdeña daban paso a algunos errores, por lo que optó por concluir en un inteligente tercer lugar.

¡Chapeau! Y ahí se comenzó a gestar lo que ocurrió en el circuito de Arroyomolinos, tal y como nos explica su protagonista.

“La verdad es que no soñaba con ello. El año pasado ya fue increíble por todo lo que pudimos vivir, y en este, el hecho de poder ganar una manga y subir al podio en segunda posición fue espectacular. Ya llegaba muy motivada de Italia. El hecho de acabar tercera en la primera carrera internacional del año hizo que me lo creyera más. Eso, más la ayuda del público en todo momento, fue lo que me llevó a ganar la segunda manga en Madrid. Cuando crucé la línea de meta y vi que había cogido tanto margen respecto a mis rivales no me lo creía. Pero allí estaba todo el equipo para abrazarnos y celebrarlo juntos… Estos pequeños triunfos nos ayudan mucho a seguir mejorando y a preparar con una mayor motivación la temporada que viene”.

“Tanto lo de Italia como lo de España fue muy importante para nosotros, porque comenzamos la temporada con un gran choque y el equipo tuvo un bajón moral. Por suerte, lo hemos podido superar y lo hemos hecho unidos”, añadía.

Es una lástima que el Mundial femenino cuente con un número tan irrisorio de carreras. Primeramente, constaba de seis citas. Cayó, por razones obvias, Rusia, y se quedó en tan solo cinco, por lo que tan solo resta una prueba, en Turquía, para seguir dando rienda suelta al buen estado de Guillén.

“En el campeonato no me juego nada esta temporada, así que habrá que ir a Turquía a luchar desde el primer momento por la victoria. Sabemos que no será fácil, como nunca lo es, pero daremos el todo por el todo, como siempre. Mejoramos la moto respecto al año pasado y solo puedo tener muestras de agradecimiento a los que me rodean, pues en gran parte todo esto viene por su esfuerzo”.

Líder indiscutible en el Campeonato de España, la joven de 16 años espera seguir dando pasos firmes que le lleven hasta alcanzar, algún día, la gloria. Para ello, a su lado, cuenta con un buen núcleo humano que no deja nada al azar.

Los grandes momentos siempre son mejores en compañía, y más si los compartes con quienes los viven con sinceridad, como propios. Visto desde fuera, destaca la figura de Gabriela Seisdedos. Ella fue la primera emocionada en Cerdeña, ella fue la primera que celebró por todo lo alto el momento de su compañera Daniela. La madrileña ha dado muestras de un vocablo que debería sonar mucho más en el mundo del motocross, el compañerismo. Hablamos con ella recién salida de una nueva ‘crisis’ por la Covid-19. Asma, mareos, dolor de garganta y todos los síntomas habidos y por haber han mantenido a Gabriela unos días de obligado descanso en casa.

“Me cogió en la playa, de vacaciones, así que tuve que volver antes de tiempo, pero ya está medio superado”, explica.

Ninguna de las dos esperaba que en el GP de España 2021 fueran protagonistas por el alto número de aficionados que las conocían, las nombraban y les daban aliento en pista, aunque “este año las expectativas se han superado”, afirma. “A nivel deportivo y de resultados no fueron los mejores, pero estoy súper contenta porque Daniela se llevó su primera carrera y para mí fue un sueño ver a toda la afición volcada con nosotras”.

“Yo tuve dos buenas salidas, porque le tengo cogida la medida a la recta hasta la primera curva. En la segunda, realmente de manga no salí bien, pero sabía que la clave era no acortar, alargar mucho la curva e intentar adelantar. Me salió bien, no siempre sucede… pero salió bien. Lo que me llevo, a nivel deportivo, del GP es que, por primera vez en mi carrera en el Mundial, no vi inalcanzables a las rivales de delante. Estuve rodando con ellas y veía que podía, después ya los brazos me jugaron una mala pasada”.

Y es que la oriunda de Arroyomolinos lleva arrastrando un problema en sus extremidades superiores desde hace ya tres años, algo que estudiará con sus servicios médicos de confianza en un futuro no muy lejano para, de una vez por todas, encontrar una solución que no lastre su nivel en competición.

Pregunta obligada: ¿cómo se pueden vivir de una manera tan intensa los triunfos de una compañera de equipo? Es algo a lo que no estamos muy hechos en el mundo del motor…

“Se me pone la piel de gallina. Es muy fácil, creo que es una cuestión de mentalidad. Yo lo tenía claro desde que entramos en el proyecto. Era Daniela, que tenía muy buena proyección y la sigue teniendo, y luego venía yo, como segunda pieza, entre comillas, apoyando con la experiencia que tengo, sobre todo, y ya no solo a ella, si no para el equipo. El año pasado fue muy duro para las dos. No es nada fácil encajar así con otra piloto, debíamos tener las dos las cosas muy claras para que funcionara. Vivo sus logros como si fueran parte de mí, porque como yo no he podido llegar a donde ella ha llegado ya, me alegro. Una española lo ha conseguido y yo formo parte de este proyecto. Parece que no, pero el año pasado fue un año, repito, muy duro para todos los miembros del equipo. Este año han cambiado muchas cosas y todas pasan por la mentalidad. Ella antes se fijaba mucho en mí, pero ese no era el objetivo que estábamos buscando. Yo le fui diciendo muchas veces que en quien se tenía que fijar era en las mejores del mundo, porque eso es lo que queremos, que seas la mejor del mundo. Yo, por desgracia, de momento no soy tu rival… Cuando ella entendió eso, todo ha sido mucho más fácil. En los entrenamientos nos ayudamos mutuamente, ahora formamos un gran equipo, por mucho que no se pueda creer en el motocross, porque sabemos que es un deporte súper individual. Cuando entrenamos juntas estamos compartiendo muchas cosas, los días que hay ganas de entrenar y los días que igual te cuesta un poco más. El mal día que tienes hoy, te lo arregla ella, o yo se lo arreglo a ella… Las dos sabemos que hemos tenido muchos problemas cada una y que nos hemos sabido sobreponer y todo ha tenido sentido”.

Unas palabras de Gabriela Seisdedos que cobran más fuerza al continuar explicando que “no soy nada egoísta en este sentido, soy una persona que me alegro por los logros de los demás, algo que muy poca gente hace”.

“Para Daniela, todo esto puede ser algo natural, porque, al final, su evolución tiene que ser esta, pero yo sé lo que cuesta llegar hasta donde está llegando. Yo, cuando comencé a correr, ni siquiera sabía si algún día podría correr en una categoría de chicas. Yo comencé como un hobbie, ella ya comenzó compitiendo… y es algo que me encanta que le haya sucedido”.

Fernando de Portugal es uno de los creadores de esta estructura. Junto al gran staff técnico que se ha creado alrededor, adquiere el rol de team manager en el equipo femenino de la RFME, que cuenta con el apoyo de la empresa de comunicación y eventos Last Lap, encargada de organizar el Gran Premio de España de MXGP en sus últimas tres ediciones.

“Daniela también es muy generosa a la hora de compartir sus éxitos. Ambas han trabajado mucho para que lleguemos a los resultados que ahora podemos celebrar. Mucho y en muchos aspectos. Como lo hacen todos los integrantes del equipo. Hemos hecho hincapié en diferentes aspectos que también tienen que ver con el mundo del deporte, como es la comunicación, y creo que hemos dado un paso adelante. Cuando se trabaja de manera profesional, aunque sabemos que siempre es complicado, se acaban consiguiendo las cosas”.

Lo cierto es que Daniela Guillén cruzó la línea de meta en la primera manga de Arroyomolinos en la tercera posición, superada por la vigente campeona del mundo, Courtney Duncan, y la líder hasta la fecha, Nancy Van de Ven. Sin embargo, en menos de 24 horas se creció, salió a por todas y les devolvió el hachazo para mantener el pulso y ser ella quien viera el banderazo la primera.

Se está logrando un cambio de rumbo en todos nosotros en España. Vibramos con muchos pilotos en el pasado, lo hacemos con otros tantos en el presente, y ahora ya tenemos una razón convincente para disfrutar de las carreras de motocross en femenino.

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