Este es un debate que tienen sobre todo muchos padres con el paso de 65cc a 85cc, o de 85cc a 125cc.
Primero de todo, cabe decir que no todos las personas nos adaptamos igual en las mismas circunstancias. Dicho esto, en principio noes muy aconsejable «marear»al piloto entrenando en diferentes cilindradas, sobre todo si el chasis no es el mismo.
La razón, básicamente es la siguiente: por ejemplo, tenemos un piloto que compite en la cilindrada de 65cc pero entrena con una 85cc, esta tendrá mejor chasis, mejores frenos, mejores suspensiones y en general, una serie de ventajas que favorecerán al pilotaje del piloto, y que, con la suma de horas de entrenamiento, aun se hará más patente.
Además, hay que añadir el componente de pilotar una moto «más grande», factor que siempre motiva a los más pequeños. El problema será volver a la 65cc, una moto más pequeña, y que debido a la inferioridad de prestaciones las ejecuciones técnicas como los saltos o el paso por las roderas será bastante más complicado.
Personalmente, también sufrí esta etapa de transición, pero fue compitiendo en la cilindrada de 85cc. Entrenaba con una 125cc, y al coger la cilindrada más pequeña iba incluso dos segundos más lento, necesitaba varias sesiones para volver adaptarme a la 85cc. Es diferente el caso de entrenar con una moto de motor más potente pero con una parte ciclo igual a la que se compite.
Incluso, en ocasiones, puede ser beneficioso debido a que físicamente es más exigente y la adaptación de los patrones de movimientos es parecida, ya que, bastidor, frenos y suspensiones son los mismos, digamos que las diferencias no se notan tanto. De todas formas, soy más partidario de entrenar y competir con la moto que se va a disputar los campeonatos, al fin y al cabo se necesita conocer al máximo las reacciones de la máquina con la que se compite. Pero tal ya como hemos comentado al principio, cada piloto tendrá su sistema de entrenamiento y sabrá qué es lo que más se adapta a sus características de pilotaje.