“Ganar es el resultado de equilibrar tres factores: la moto, el funcionamiento del equipo y el piloto. Estos tres factores tienen que coincidir al mismo tiempo para lograr un objetivo”, explica Taichi Honda, Offroad Race Operations Manager de HRC.
Taichi Honda realizó estas declaraciones durante el Rally Dakar de este año, en el que el Monster Energy Honda Team se alzó con la victoria en la categoría de motos por segundo año consecutivo con la CRF450 RALLY.
Desde el regreso de Honda al rally Dakar en 2013, el joven ingeniero japonés, que entonces tenía 37 años, se encargó de devolver al fabricante nipón al escalón más alto del podio.
“Para destacar en una carrera tan extrema y hostil como el rally Dakar, se necesita tanto experiencia como conocimientos técnicos, y ninguno de estos dos requisitos se puede comprar, ya que hay que adquirirlos sobre el terreno”, explicó el señor Honda en Yeda. “El rally se celebra una vez al año, así que, al contrario que en la ruleta rusa, solo tienes una oportunidad de hacerlo bien. Temporada tras temporada recopilamos datos de los diferentes terrenos y de las situaciones de carrera más imprevisibles. Hubo años en los que el rendimiento de los pilotos fue bueno, pero el de la moto o el del equipo no estaba al 100%. En otras ediciones, fue al revés. Finalmente, el año pasado logramos que el paquete completo de moto, equipo y piloto fuera bueno y ganamos. El objetivo para el Dakar 2021 era repetir el logro, porque ganar una vez está muy bien, pero hacerlo dos veces queda grabado para la historia”.
El equipo
Una visión clara, una estructura eficiente, una estrategia sólida y compartida; estos fueron los tres pilares que hicieron mejorar a Honda: no solo ganaron una vez con Ricky Brabec en 2020, sino que han repetido el éxito con Kevin Benavides en 2021.
La preparación de la temporada de carreras de 2021 se vio muy afectada por la pandemia que paralizó el mundo. A diferencia de los años anteriores, las motos se montaron y prepararon en Japón y luego se enviaron a las instalaciones del equipo en Barcelona, donde los mecánicos trabajaron durante un mes más antes de que las máquinas y los vehículos de asistencia se enviaran a Yeda desde el puerto de Marsella el 3 de diciembre.
Como medida de mitigación debido a la pandemia, el equipo decidió adoptar un protocolo estricto para que el rally se desarrollara de la forma más segura posible y sin problemas. “Decidimos reducir al mínimo el número de empleados, pero sin sacrificar la eficiencia”, explica Faria. “Por ejemplo, tuvimos dos ingenieros de Japón en lugar de los seis o siete habituales en las ediciones anteriores. El equipo contaba con 24 personas, incluidos los cuatro pilotos: un mecánico en exclusivo para cada moto más un jefe de mecánicos, dos ingenieros, el técnico de suspensiones, un ayudante por piloto y luego el coordinador de logística, el responsable de las piezas de recambio, dos fisioterapeutas, los estrategas de carrera y el responsable de prensa”.
El momento clave
Hubo un momento en la etapa 12 en el que Kevin Benavides pensó que había perdido la carrera. “Iba en cabeza, pero en el kilómetro 14 cometí un error y tuve que hacer un giro en U e intentar encontrar el camino correcto. Me preocupaba que esto me hubiera costado la victoria”, dijo en la línea de meta. “Es imposible hacer un Dakar perfecto. He cometido errores y conocido el dolor, pero el deseo de ganar ha prevalecido. Me di cuenta de que había ganado solo en el último metro”.
“Para ganar el Dakar hay que ser un piloto completo, pero también se necesita un equipo completo y nuestros chicos han desarrollado a lo largo de los años todas las habilidades necesarias”, explica Faria, director general del equipo. Una sola persona no puede ganar por sí misma la carrera off-road sobre dos ruedas más larga, agotadora y posiblemente más venerada; se necesita un equipo.
Texto y fotos: Honda