Texto publicado originalmente en Onboard Magazine N°130 – Febrero 2023
Ya no es que nos encontremos en épocas de cambio, es que estamos sumergidos en ellas. Nada que ver tiene lo que piensa, quiere, desea y a lo que aspira un joven nacido del 2000 en adelante a los que somos del siglo anterior.
Si la Revolución Industrial de mediados del siglo XVIII marcó un punto de inflexión al multiplicarse la producción, a la vez que disminuía sus tempos, lo que vivimos en la actualidad es de traca. Inmediatez y todo, al momento, ya es pasado. La tecnología y el bombardeo de información, y a la vez de sensaciones, hace que en 30 segundos tengas que mostrar tu mejor versión, lo que lleva a un trabajo previo cada vez más descomunal. Por suerte, las mangas del Mundial de MXGP todavía duran 30 minutos más dos vueltas, algo que ya se va moldeando en otros deportes como en el fútbol tras la irrupción de la Kings League de (Gerard) Piqué.
Como, al fin y al cabo, solo nos queda o subirnos al carro o ir a rebufo… las pretensiones de las marcas, la competición y todo lo que ello engloba también debe meterse en el nuevo papel.
Los resultados importan, tanto como el mostrar la fiabilidad del producto, pero la imagen de marca se ha tornado en todo un hito para el devenir de firmas y sectores. Llamar la atención de los ya adeptos al mundo del motor es clave, aunque también lo es y será el hecho de que nos vea el amplio nicho de mercado que queda en el resto de la sociedad.
Este es uno de los objetivos de Xavi Galindo al frente del Racing support de KTM, Husqvarna y GasGas en España. A sus 41 años lleva toda la vida envuelto en las dos ruedas a motor y ligado, de un modo u otro, a la multinacional austriaca.
Asimismo, su experiencia en la gerencia de su tienda de motos y bicicletas Beni Moto le ha llevado a automatizar unos mecanismos en pro de que el trabajo sea mucho más fructífero. Medir, medir y medir más controlar, controlar y controlar para que se puedan sortear de un modo más efectivo las piedras que nos vamos encontrando en el camino.
Galindo se montó por primera vez en una moto de trial a los cuatro años, posteriormente ya comenzó a competir junto a Marcel Justribó, amigo de la familia de siempre. Pero su vida podría haberse decantado por otro deporte si hubieran contado con las piezas adecuadas en el momento perfecto. Y es que los padres de Galindo y Justribó no pensaban en dirigirse a las motos, si no a los karts. “Los dos sabían trabajar muy bien el hierro y estaban preparándonos unos coches de karts, pero por falta de piezas y el hecho de que controlaban mucho más el tema de las motos nos llevó a empezar a hacer trial a bordo de una Montesa Cota 50 preparada”.
Pero, mientras su compañero seguía avanzando en el trial, Galindo quería más…
“Era 1997, y yo ya hacía tiempo que quería pasarme al motocross, porque del trial me había cansado y un día fui al circuito de Lleida conocí a Alfredo Camps. Empecé muy pronto a ir rápido porque tenía la técnica del trial, bueno era espectacular, pero no eficiente. Vimos ya en los primeros entrenamientos todo lo que teníamos que cambiar para encontrar que la velocidad se viera reflejada en el vuelta a vuelta”. Tras varios años en el paddock del Nacional e incluso disputar algunas citas del Europeo, nunca el Mundial, el leridano se pasa en 2004 al enduro. “Bueno lo combiné… me vino a buscar Jordi Vilalta de KTM. Les chocó que venía del trial y estaba haciendo motocross, por lo que con la experiencia de ambas disciplinas podía ser bueno en enduro. Yo quería seguir en el motocross, y buscaron la manera de que fuera cambiando de modalidad y la encontraron. Vilalta, para engañarme, (risas) me fichó para el motocross, pero yo sabía que antes o después me pasaría al enduro. Al año siguiente ya tengo sobre la mesa un contrato de enduro para KTM y otro de motocross… claramente aquellos papeles me hicieron pasarme al enduro…”.
Las compensaciones económicas, por aquel entonces, eran mucho más atractivas en un deporte que en otro, algo que, como nos dice Galindo “por desgracia ahora esto ya no existe. Es algo que tendría que volver… pero si queremos que llegue el dinero hay que hacer cosas”.
Los resultados no tardaron en llegar. “Me motivaron mucho para hacer el Campeonato de España y el Mundial de Enduro, ya que antes no había gente que aplicara la técnica del trial y la velocidad del motocross al enduro”.
Llegaban novedades que lo ponían todo más a su favor, porque en aquellos años se instauró la sección extrema en el enduro y era un espacio en el que su pilotaje se desmarcaba al conseguir muy buenos registros. “Los equipos oficiales se quedaron sorprendidos de que alguien llegara y pudiera hacer primeras posiciones en scratch”.
Estamos hablando de la época dorada de Iván Cervantes, alguien al que Galindo nunca vio como un rival, si no como un compañero del que aprender muchas cosas. Si estar nunca en la estructura de fábrica KTM Farioli, pero sí en su equipo B, Xavi Galindo tiene en sus vitrinas, entre otros logros de menor calado, cuatro Nacionales de Enduro, dos de Cross Country y un podio en el Mundial de Grecia, algo que quedó muy diluido al conseguir el propio Cervantes un nuevo título de campeón mundial el mismo día. Eran tiempos de una gran tirada del Mundial con nombres también como el de Cristóbal Guerero, Mika Ahola, Kari Tiainen, etc.
Con el paso de los meses entraba un nuevo formato en las Extremas, una modalidad en la que muy bien se podía defender Galindo. “Me salió la oportunidad de que desde España se montara un equipo de fábrica promovido por Vilalta y César Rojo. Fue cuando cogí las riendas como Team Manager y también corría. Si decidía llevar esto, sabía que era mi final como piloto. Competíamos con las Husaberg con el apoyo de fábrica, fue cuando fichamos a Graham Jarvis, Alfredo Gómez… ganamos casi todo. Jordi Larrégola fue quien me ayudó a llevar muchas cosas. Era mi mecánico, amigo, de todo… busqué a alguien de confianza para que todo fuera perfecto. Nos pegamos un curro muy grande. Es alguien que lo vive mucho y ahora está aplicando cosas de aquellos años en el equipo Junior de la RFME. Las cosas fueron muy bien en aquella primera aventura y se pasó ya de Husaberg a Racing Support desde Austria con Husqvarna”.
Con el traslado del equipo al epicentro en Mattinghoffen, Galindo regresa a España para coger las riendas de los equipos de motocross y enduro en el Campeonato de España con Husqvarna hasta que la falta de recursos por la pandemia le llevó a desvincularse durante un año del mundo del motor.
“Estuve un año sin carreras, desconectado, jugando a pádel y me apareció la llamada de la RFME. Llevaba muchos años de carrera en carrera y ya me fue bien hacer un parón…
Cervantes dejó su cargo en el Nacional de Enduro en la Federación y yo estaba en la lista para sustituirle. Entré como track inspector, pero sabía que se podían hacer muchas más cosas. En el Enduro, todavía, no ocurre como en el motocross con las figuras de Paco Rico (seleccionador) y Jonathan Villa (director de la comisión de MX). Creo que falta un director de orquesta, alguien que vea las cosas de una manera más global”.
No obstante, sus ganas por hacer cosas en el seno de la RFME duraron poco, porque recibía otra llamada que lo cambiaba todo. “Ni mucho menos quería estar un año e irme, pero se me abrió una gran puerta en KTM España, el proyecto me ilusionó y aquí estamos”.
Si algo tiene KTM y sus marcas ‘blancas’ es que en la mayoría de los casos se busca una salida a sus pilotos más emblemáticos. Y así ha proseguido la vida de Galindo, ahora ocupado en las labores de Racing Support en España.
Sus expectativas son altas en su nuevo rol y van en consonancia con el duro y arduo trabajo que sabe tiene que llevar a cabo. Pero está motivado para el reto… “Para no estancarse e ir muriendo lentamente, lo primero que hay que hacer es organizarse y contar con alguien que pueda tener una visión general de lo que lleva a cabo cada departamento… a partir de ahí se pueden ir mejorando cosas. Todas las teclas de un equipo u organización tienen que avanzar en consonancia. De lo que haga cada uno dependerá que mi faena esté bien vista o no. Que hay trabajo por delante, eso está claro, y no será rápido ni fácil, pero hay que ir cogiendo caminos nuevos para ir cambiando las cosas”.
Bregado en mil batallas en la empresa privada, Galindo conoce lo que es mover a un número determinado de personas y qué necesitan para no entrar en la rutina. “Cuando la gente lleva mucho tiempo haciendo lo mismo puede caer en la desmotivación y a las personas hay que ir dándoles nuevos retos y que vean que hay cosas en las que trabajar mejor y seguir avanzando. Seguir por inercia no lleva a nada bueno. Solo ves que la rueda va girando más o menos…”.
Sus primeras labores, a vista de sus nuevos pupilos, comenzaron con un breafing motivador y con aires de cambio.
“Lo primero que hice fue una reunión previa con todos los pilotos y les dejé claro que, además de la importancia de los resultados, nuestra imagen sobre la marca por la que corremos y las que nos apoyan es importante. Hay muchos pilotos que se enfocan, únicamente, en los resultados y no cuidan del mecánico, del espónsor y del equipo en general, y eso no es… hay que tener mucho cuidado con todas las partes. Ellos contarán con la ayuda del staff técnico para todo, pera deben tener claro que hay unas premisas que seguir por el bien de todos. Cuando acabemos el año haré un balance y veremos cómo le ha ido a cada uno. Hay que valorar el conjunto, no tan solo el resultado.
Nos debemos al grupo Pierer Mobility y con una buena imagen y saber hacer podremos llegar al cliente final, que vean en nuestra marca aúna una serie de valores y puntos a favor en los que se vean reflejados. Lo están consiguiendo en otros deportes y sectores, ¿por qué no hacerlo nosotros?”.
Para todo ello hay que investigar, ver e ir haciendo despacio y de manera escalonada.
“Cuando llegué, uno de los primeros puntos en los que me enfoqué fue en automatizarlo todo. Mediante una aplicación tenemos el control de todas nuestras áreas, algo que nos facilita mucho el día a día. Al principio los mecánicos me miraban como asustados, pero ni mucho menos, al final han visto que todo es para que las cosas vayan mejor. Si, por ejemplo, se rompe la moto de un piloto u otro, debemos saber qué ha pasado y en el momento en que ha pasado para llegar a un porqué… el equipo, con unas buenas prácticas de trabajo, lograremos ser más eficientes”.
Pero este control también llega a la competición y, más aún, al rendimiento en los entrenamientos.
“Los pilotos también tienen una aplicación, que les puede servir de libreta, para registrar todos sus entrenos y el trabajo que están haciendo… no están obligados a llevarla en el día a día, pero sí muy recomendable. Al final, con la información bien gestionada, todos ganamos”, finaliza Xavi Galindo tras una conversación muy productiva de más de una hora de duración.