La gran mayoría de los pilotos que empiezan a montar en moto a corta edad viene por tradición familiar, aun que también hay gran cantidad de pilotos que simplemente les atrae el hecho de conducir una moto de cross y lo considera como un estilo de vida.
Sea cual sea la razón, estaremos de acuerdo que el motocross es un deporte muy completo, no solamente por su implicación de trabajo físico, sino por la variedad de situaciones a las que se someten los pilotos tanto a nivel técnico, físico y sobretodo psicológico.
En cuantas ocasiones todo piloto habrá oído por parte de otros lo privilegiado que es en poder dedicarse a competir en un deporte como este, y en cierta manera es cierto porque el hecho de pilotar una moto o competir y ponerse detrás de una valla hace sentir sensaciones únicas que posiblemente otros nunca sentirán. Pero detrás de un rendimiento y unos resultados hay una fuente de sacrificios, miedos, presiones y luchas mentales que su gestión conlleva en ocasiones a plantearse incluso si puede valer la pena tanto sufrimiento.
El día de la carrera es ese día que el piloto ha estado preparando física y mentalmente, pero que en ocasiones solo ver el ambiente de los camiones y las furgonetas en el box, el estado del circuito, la magnitud del campeonato, la propia moto, la moto de los rivales o incluso el no sentirse a gusto con la vestimenta que uno lleva, puede hacer que el mismo estado mental se desprograme y surja una especie de bloqueo interior siendo incapaz de dar la mejor versión como piloto.
Este tipo de anclajes negativos son los que se crea el mismo piloto, es una realidad subjetiva que pasa hasta al que ha ganado varios títulos, pero cierto es que con el tiempo y la experiencia se gestionan mucho mejor e incluso se gira la situación y se convierten en anclajes positivos consiguiendo una motivación extra para demostrar todo el talento que uno esconde dentro. De aquí la importancia de entrenar no solo los aspectos físicos y técnicos, sino de prepararse mentalmente de todos los posibles bloqueos que pueden aparecerse en la mente, ya sea con la ayuda de un profesional, persona de confianza o uno mismo.
Reprogramar el estado del consciente y subconsciente no es fácil, al igual que el entrenamiento físico requiere tiempo, el entrenamiento psicológico también necesita sensibilidad y dedicación para notar dichos cambios, lo que pasa que es tan obvio, que lo obviamos. De una forma distinta a los pilotos, los espectadores disfrutamos mucho del espectáculo de las carreras. Ellos también disfrutan y sienten intensamente, pero estos/as tíos/as que se ponen detrás de una valla de salida son auténticos valientes que afrontan situaciones de estrés nada fáciles de gestionar y se merecen nuestro máximo respeto.