Desde Pesaro, Italia, nos llegó esta reluciente TM 250 Fi recién sacada del horno, una moto muy exclusiva y que, a primera vista, parece que haya salido de un equipo de competición por sus prestaciones y por el material que monta. Cabe destacar que la factoría italiana da a luz a todos sus modelos uno a uno, es decir, que no se trata de un montaje en cadena, sino que se montan pieza por pieza hasta dejarlos 100% acabados. Para nosotros es una gozada poder rodar con una montura que al parecer cuesta de ver en nuestro país, pero que a priori se nos antoja muy competitiva. Tenemos que agradecer a Marco Riccardi por enviarnos la moto desde Italia para que podamos probarla a fondo, y a TM España por ponerla a punto en tiempo récord para que pudiéramos hacer la prueba.
Gerard García Güell es, actualmente, el piloto oficial de la marca italiana en España, y este año tendremos la oportunidad de verlo correr en el MX Nacional a lomos de una 450 Fi. Mientras conversamos con él, parece estar encantado con el rendimiento de la firma italiana: “La verdad es que estoy tan adaptado a la TM que, cuando me subo a cualquier otra moto, me cuesta mucho encontrar el feeling; estoy muy contento con el rendimiento de las TM y ya deseo empezar la nueva temporada a lomos de la 450 Fi”.
Para 2017, en el escenario mundialista será Samuele Bernardini el encargado de pilotar en los GP la 250 Fi de fábrica, una moto que se beneficiará de la evolución del motor en la categoría de Moto 3, donde recientemente TM ha llegado a la velocidad y que, gracias a dicha experiencia, los motores de cross también gozarán de sus evoluciones.
MOTO DE CARRERAS
Si echamos un vistazo a la evolución que ha recibido este modelo respecto a la versión del año pasado observamos que los cambios en cuanto a cantidad no son muchos, si bien las modificaciones llevadas a cabo sí que están pensadas para ganar en durabilidad y confianza.
Tal como comentamos anteriormente, las monturas italianas marcan exclusividad por el material que montan y también porque el rendimiento del motor transmite la potencia de forma bastante diferente a cualquier otra moto de la misma cilindrada. Respecto al motor, nos encontramos ante uno de los propulsores con más músculo de la categoría, caracterizado por la fuerza que desprende en medios y altos y por ser un propulsor que sube muy rápido de vueltas en estos regímenes, factor que en ocasiones nos dificulta la conducción por ser demasiado agresivo. El arranque del motor viene a pedal, pero con opción de arranque eléctrico. Este propulsor de cinco velocidades y con alimentación a inyección electrónica tiene como mayor virtud el trabajo en altos, donde derrocha una potencia más pareja a una cuatro cincuenta que no a una dos y medio. En 2017, el motor ha recibido cambios en el pistón y en el embrague para aumentar su durabilidad, y os aseguramos que esta moto corre con ganas.
Otro punto a tener en cuenta es que puedes cambiar de mapa de potencia desde el manillar sin necesidad de parar el motor, pudiendo escoger entre un mapa con mayor curva de potencia u otro más suave según las condiciones. Además, el concesionario oficial de la marca pone a disposición del cliente un profesional que mediante una tablet realiza un sistema de diagnóstico y reprogramación de mapas de la mano de Microtec, mediante el cual, al margen de poder hacer un análisis detallado del estado de la moto, puedes diseñar tus propios mapas según las características del trazado.
El feeling con el motor fue de menos a más. Si eres un piloto que está acostumbrado a llevar una moto japonesa, cabe destacar que con la TM necesitas un periodo de adaptación, porque las sensaciones son bastante diferentes. Desde mi punto de vista, no supe sacar rendimiento al motor hasta media manga, quizás porque al propulsor se le echa de menos una pizca de bajos y eso hace que tengas que trabajar más con el cambio de marchas y con el embrague, pero la parte más positiva es que las marchas se estiran mucho.
PARTE CICLO
Para este 2017, los ingenieros de esta Fi 250 han intentado trabajar más en conseguir una moto que permita máxima movilidad. Prueba de ello son las modificaciones en la parte ciclo, remodelando la geometría del chasis (perimetral en aluminio), el alargamiento del basculante y variando la pipa de dirección. Todo, en conjunto, para mejorar básicamente la agilidad en el paso de las curvas.
Aunque se haya trabajado en la mejoría en este sentido, pensamos que la parte delantera de esta 250 Fi sigue estando en crisis, porque todavía resulta poco flexible girando en rodera con mucho ángulo y se muestra nerviosa en las rectas rápidas.
El conjunto de las suspensiones viene muy bien dotado. La horquilla es una Kayaba 48 mm de doble cartucho, mientras que el amortiguador es un Öhlins Ttx, que para este 2017 se ha trabajado aún más para reducir la fracción y optimizar el rendimiento. El funcionamiento del amortiguador nos gustó mucho, sobre todo en zonas de frenada, donde se mostraba muy estable en la mayoría de situaciones en que nos encontrábamos. En cambio, el tacto de la horquilla era excesivamente blando y rápido, haciendo algún que otro tope. Cabe destacar que la moto venía recién salida de la caja y que posiblemente le faltaba una puesta a punto en este apartado.
Las TM tienen la caja de filtro de aire montada en la parte superior del asiento, con lo cual nos cuesta acostumbrarnos al ruido que desprenden debido a la admisión, donde, a causa de la entrada del aire, el motor ruge con más fuerza para nuestros oídos cuando las pilotamos.
Destacamos este modelo por su carácter fuerte, porque posee un propulsor muy bravío no apto para débiles, que necesita domarse de forma especial, pero que cuando le coges el tranquillo, piloto y máquina pueden llegar a ser un binomio muy equilibrado. Si lo comparamos un poco con el resto de sus competidoras, a esta dos y medio quizás le sobra rigidez, dificultando en ocasiones poder moverse con más facilidad por el aire y en según qué curvas. Del resto, desde Onboard os garantizamos que estáis delante de una moto de carreras con solo salir del concesionario.