Jorge Prado conoce a la perfección la siempre complicada arena de Lommel. En la localidad belga vivió cuando KTM Factory se hizo con sus favores. Allí estuvo arropado por su familia, que quisieron seguirle en la aventura de luchar por el ser el mejor piloto del mundo.
Este fin de semana arranca una semana frenética de tres carreras en el trazado belga. Domingo, miércoles y domingo, algo que se le puede atragantar a muchos de los rivales directos del gallego, pues no están tan acostumbrados a este tipo de pistas y menos a llegar para correr en el mes de octubre, cuando las temperaturas se asemejan muy poco a las del primer fin de semana de agosto, momento en el que normalmente se celebra la cita anual.
Desde 2017 hasta la actualidad, Jorge Prado tan solo ha sido segundo en una manga, la que se llevó Pauls Jonass, eso sí, en la categoría de MX2. Aquel año, Prado se llevaba el GP y vencía en las cuatro mangas de 2018 y de 2019.
Justo un año antes, en 2016, el doble campeón del Mundo estaba preparado para debutar en el Mundial y lo hizo, pero no pudo llegar a las carreras al verse lastrado por una lesión de hombro. Había incertudumbre desde toda la estructura naranja, aunque dos citas después, en el GP de Holanda en Assen, volvió para deslumbrar definitivamente al mundo. Se vio las caras con un Jeffrey Herlings que se jugaba el Mundial de MX2 y al que hasta hizo cabrear al ver que un joven piloto le ponía contra las cuerdas en el terreno en el que mejor se desenvuelven y disfrutan ambos, la arena.
A Lommel llegará Prado después de conseguir su primer doblete en MXGP en España, sin Herlings como rival y con el único objetivo de poder seguir escalando en la clasificación general. Una tabla en la que se encuentra cuarto muy del tercer clasificado, Jeremy Seewer, y, porqué no, soñando con dar caza en los seis Grandes Premios que restan de 2020 para alcanzar al líder Tim Gajser.
