La causa o las causas de una falta de confianza pueden ser de diferente naturaleza en función de cada piloto. Si este pretende fortalecer su confianza hará bien en intentar identificar qué es lo que puede estar condicionándola. Para realizar este proceso, puede ser de ayuda observar cuando aparece y cómo se manifiesta. Cabe decir que uno de los principales motivos de consulta para acudir a un psicólogo deportivo es precisamente el de reforzar la autoconfianza.
La psicóloga deportiva Meritxell Bellatriu en su colaboración con el libro «Guía Práctica del Motocross» que saldrá en breve a la venta, nos plantea una serie de recomendaciones para reforzar la confianza:
- Establecerse objetivos realistas concretos a corto plazo. Fijarse pequeños retos contribuye a que la atención se postre en una determinada acción, focalizando el esfuerzo en una determinada dirección. A su vez, facilita su logro y consecuentemente el refuerzo positivo que se necesita para fortalecer la confianza.
- Pensar en positivo de forma realista. «Tanto si crees que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto». Esta cita de Henry Ford resume a la perfección que la idea de que las expectativas predisponen para las acciones. Piensa de forma realista y constructiva en tu práctica deportiva. Después de un error, después de una caída, detente a pensar qué puede haber fallado e intenta realizar una versión mejorada.
- Es necesario comprometerse con la preparación. Esforzarse al máximo por lo que uno se ha marcado. Si lo haces, sentirás que vas a por todas y esta sensación te reforzará. Es mejor no plantearse algo si no se está dispuesto a poner toda la carne en el asador.
- Visualiza el éxito. Entrena tu mente con la práctica imaginada, visualízate realizando una buena ejecución (siempre de forma realista). Sentir que puedes hacerlo será el mejor trampolín y te ayudará a centrar tu atención en aquellos aspectos relevantes para pilotar adecuadamente.
- Focaliza hacia lo que quieres conseguir no hacia lo que quieres evitar. En muchas ocasiones nuestra cabeza, e incluso nuestra mirada, tiende a desviarse hacia lo que queremos evitar (un fallo, una caída, perder una posición o una distracción) dejando al margen lo que queremos conseguir. Dale la vuelta a la tortilla. Establece qué quieres fortalecer, en qué es importante centrarse, hacia dónde tiene que dirigirse tu mirada y que tu objetivo sea tu foco.