Cristian Oliva ha dejado a un lado la competición para pasar a dirigir su propia estructura. A sus 27 años, después de ser campeón de España en tres ocasiones (dos en MX2 y una en MX Sub 18), tras pasar hasta en 28 ocasiones por el quirófano y romperse la friolera de 32 hueso, el catalán se encuentra enrolado en un proyecto nuevo del que disfruta viendo los toros desde la barrera, aunque “siempre hay algo de mono, ganas de volver a correr”.
En Albaia, el pasado fin de semana estuvo junto a los pilotos Carles Rosell (125cc), Joan David Rosell (MX2), ambos con Yamaha, y con Albert Fontova, Joan Vidal y Albert Alfonso con KTM ayudado por Andreu Motos en la categoría de 125cc. “Las cosas fueron muy bien, estoy muy contento con todos ellos y espero que esto siga su curso. La decisión de cambiar de rol en la competición es el resultado de que mi escuela, Oliva MX School Team, ha ido creciendo y los pilotos cada vez te piden más tiempo y necesitan nuevas cosas”.
Y es que Cristian Oliva comenzó con pocos alumnos y ahora ya cuenta con un número importante que bien requiere de mucho de su tiempo al cabo del día, de la semana y del mes. “También tengo a chavales jóvenes, de base, como Adei Casas, Alonso Romano, Joel Zamorano, Pol Cros, Iván Matamoros o Joan Gorgory”.
Pero esto no acaba aquí, puesto que no solo del segmento offroad se encarga Oliva. Tanto es así que también tiene a varios pilotos en el plano de la velociad, algo que, tal y como nos explica, “me gustaría unir y crear un proyecto ambicioso y muy bonito”.
