Gerard Congost es uno de los tipos más carismáticos del paddock del Campeonato de España de Motocross. También del Europeo. Siempre con una sonrisa dibujada en su joven cara se le puede ver yendo y viniendo con su grupo de rivales y colegas los fines de semana entre carpa y carpa. Es un chaval simpático lejos de la moto y muy centrado cuando se sienta en ella. Nacido en 2003 en Girona, vive junto a sus padres y su hermana de cuatro años, “que siempre está jugando con muñecas y le gusta mucho venir a verme a las carreras”, en Santa Cristina de Aro, una localidad costera del Empordà catalán con poco más de un millar de habitantes. Allí tiene su base familiar y allí es donde también cursa sus estudios, algo que no deja a un lado, ni mucho menos, aspecto que avala con la frase “nunca he suspendido una asignatura”, algo que le honra, puesto que es conocedor de lo difícil que es llegar a estar en la elite y, encima, poder vivir de ello. No obstante, como cualquier chaval de trece años ansía “ser campeón del Mundo de motocross algún día…”.
Los fines de semana, mayoritariamente, se le puede ver acompañado de su fiel escudero, Jaume, su padre, con el que “siempre he ido a todos los circuitos con él, me ayuda mucho y lo hace todo muy bien para que yo me centre en lo que tengo que hacer, que es correr”. Como todos o casi todos los progenitores, los nervios son un caballo de batalla con el que deben de lidiar mientras tienen a sus hijos en pista. “No quiero que se ponga nervioso, pero creo que es inevitable, porque básicamente se preocupa mucho por mí”, explica Gerard. Su madre no puede viajara a todas las citas en la que participa, por lo que Jaume se convierte en el mejor apoyo para el chaval. Eso sí, bien flanqueado por una de las estructuras de referencia del Nacional de la especialidad, el Kawasaki Prodecom Box Zero o lo que es lo mismo, el equipo Kawasaki España. Con Jordi Soriano a la cabeza, la marca verde puede ondear con orgullo la bandera de ser una de las mejores ‘casas’ para los pilotos de base. “Jordi es muy bue tío, lo hace todo por nosotros en cada momento. La verdad es que es todo un acierto el poder estar con ellos, ya que aprendemos los unos de los otros y el ambiente familiar es muy, pero que muy agradable. Me encanta ir a entrenar con todos los miembros del equipo. Francesc Mataró, Oriol, Roger… nos lo pasamos en grande y además cada día evolucionamos sobre la moto”.
Congost es uno de los pupilos de Xevi Colomer, nombre que no olvida mientras repasamos sus referentes en el panorama del motocross internacional. “Me encantan pilotos como Ryan Dungey, Ken Roczen, Eli Tomac y Jorge Prado casi tanto como mi entrenador personal, Xevi Colomer, que es un crack”. Sin duda, con el paso de los años, este diamante del MX español ha ido rodeándose de un ambiente perfecto para poder ir dando pasos de gigante tanto en la competición como a modo personal. Si estar enrolado en Prodecom suma, más lo hace el poder estar instruido sobre la arena por el propio Xevi, un nombre en mayúsculas en este deporte que está siendo el artífice de que la cantera suba recta. “Llevo con Kawasaki dos años y creo que si no estuviera con ellos no podría hacer todo lo que estoy haciendo en cuanto a competiciones y resultados se refiere”.
A los tres años ya se podía ver a Gerard con una motocicleta. Su padre, amante del motor y también piloto, ‘ataba’ al pequeño con una cinta para que le siguiera… fueron esos primeros momentos los que empezaron a marcar lo que a la postre llegaría, el no volver a bajarse hasta ahora de la moto.
Con cuatro años, el trazado de Vallgorguina, cita ineludible del Campionat de Catalunya, fue el escenario elegido para su debut oficial. “Corríamos con Eric Tomás y los dos quedamos últimos”, admite con una sonrisa. Ya con seis, comenzó el Catalán y dos años después se proclamaba campeón del certamen en la categoría de 50cc. Ahí arrancó una carrera meteórica. Cuando ascendió a 65cc, Congost empezó a dejarse ver en el Campeonato de Europa. “Fuimos a alguna de las carreras para ir probando, porque sabíamos que al final tienes que salir fuera para ir cogiendo el nivel”. De este modo, en 2014 fue una de sus mejores temporadas hasta la fecha. O al menos la que le trae mejores recuerdos. “Tenía diez años y fui subcampeón de España de 65 y sexto en el Mundial Júnior siendo el mejor piloto europeo”, subraya con pasión a la vez que nos recuerda que “estuve rodando primero de mi grupo bastante rato, algo muy espectacular”. Sí, ese mismo año ascendió en casi todas las carreras que diputó al podio y en el Europeo de Eslovenia se adjudicó todas y cada una de las entradas a pista. “Fue genial… disfruté mucho y los resultados fueron inmejorables”. No es para menos, puesto que su trabajo diario veía la gran recompensa de saberse uno de los mejores pilotos de su cilindrada.
El nivel no bajó en 2015. Excepto en la prueba inaugural del Campeonato de España de 85cc, en todas las otras estuvo en los puestos de honor y fue cuarto en el cómputo global de las carreras. Y, cómo no, el listón siguió ‘in crescendo’ el año pasado, momento en que también fue cuarto al final de curso y décimo en una extraordinaria segunda manga en la final del Europeo en Loket. Es justamente el trazado checo “uno de los que más me gusta de todos en los que he podido correr hasta ahora. También me encuentro muy cómodo en Bellpuig y en As Neves”.
Los momentos de menos felicidad han sido pocos, pese a haberse “hecho muchas veces daño, pero sé que estas cosas pasan y no le doy más vueltas”.
Uno de sus cometidos en este 2017 es el de llegar a la final del Campeonato de Europa de 85cc. Pues eso, misión cumplida y ahora a por un nuevo objetivo que será el de “acabar la carrera de Loket entre los diez mejores pilotos, cuanto más arriba, mejor”. Otra apuesta personal es la de “intentar ganar el Campeonato de España de 85cc”, Por el momento, las cosas se las está poniendo muy complicadas su predecesor en la tabla clasificatoria, Eddie Jay Wade, que se está mostrando muy regular y muy competitivo cada vez que se sube a su Husqvarna en España y en los circuito internacionales que le han visto explotar su pilotaje llevándole a ser uno de los mejores de las rondas clasificatorias del Europeo. Sin embargo, ya en Bellpuig Congost se subió a lo más alto del podio en un fin de semana que estuvo marcado por el hecho de tan solo disputarse una manga en su categoría. El agua aguó, nunca mejor dicho, una gran jornada de domingo en la que el catalán quería dar continuidad a su excelente labor del sábado. “No pudo ser y eso que me encontraba muy bien en todo momento. Fue una lástima, pero todavía quedan cien puntos en juego y puede pasar de todo”.
Sus buenos resultados no son fruto de la casualidad. Si algo tiene Gerard Congost son unas rutinas muy interiorizadas que difícilmente se pueden sustituir. Como cualquier chaval de su edad, de 8.15 a 15.00 horas va a clase, donde es uno más en una escuela, también como en la mayoría, donde el deporte rey sigue siendo el fútbol. Con los resultados académicos perfectos, por la tarde da paso a sus deberes, “que casi siempre tenemos”, a clases particulares de matemáticas y a lo que realmente le gusta, el ejercicio físico y montar sobre su Kawasaki. “Los miércoles acostumbro a entrenar encima de la moto, los jueves y viernes voy en bicicleta y los fines de semana carreras o entreno en circuito”. Así acostumbran a ser las semanas de uno de los talentos del motocross español.
Con la cabeza muy bien amueblada para su corta historia vital, Gerard Congost Aguilera se esfuerza al máximo en poder estar lo más arriba posible en cada momento. Si su empeño no ceja él puede ser en unos años otro producto español exportable al mundo entero. Y como él, Raul Sánchez, David Braceras o Eddie Jay Wade… siempre con el permiso de muchos otros que tienen en el punto de mira sus mismas metas.