Cairoli o el poder de la regularidad – El noveno título

Cairoli

En Patti, una localidad de poco más de 13.000 habitantes de Sicilia, hace 31 años nacía Antonio Cairoli, todo un caballero del motor, toda ya una leyenda del motocross. Si sus primeros pasos los comenzó a dar a bordo de la Lambretta de su padre en las inmediaciones de su casa natal, ahora ha hecho de KTM una marca sólida, robusta y, para muchos, la mejor opción del mercado en cuanto a máquinas offroad se refiere. Más, si cabe, después de dar la lección de maestría que comenzaba en Qatar este año y terminaba, antes de que el calendario oficial lo dictara, en Assen a principios de septiembre.

Ha estado dos años sin su cetro de campeón del Mundo, pero ha sabido lidiar con muchos y con todo para volver a recuperarlo… y de qué manera. Tras una aciaga temporada 2015 en la que los pilotos de su talla cayeron víctimas de las lesiones y se llevaba el título de MXGP un novato como Romain Febvre, han sido demasiadas las cuerdas vocales que han puesto en entredicho si su capacidad de victoria seguía o podría seguir intacta. Mal camino llevaron esas palabras, que por suerte se las llevó el viento, puesto que ya el año pasado se quedó a las puertas de volver a saborear las lindezas del primer cajón final del podio. Cierto es que enfrente tuvo a otro rookie que lo bordó. Tim Gajser hizo una primera temporada excelente en la categoría reina y no dejó en ningún momento que ni el italiano ni cualquier otro rival le pusieran las cosas en entredicho. Básicamente, porque quería hacer lo que un año antes había conseguido el francés de Yamaha y no cejó en su objetivo hasta la victoria final.

Cairoli

Lo cierto es que los dos últimos campeones del mundo no han sido capaces de combatir este 2017 a un Cairoli que con su #gofasteatpasta empezó de manera redonda con un doblete en Qatar para seguir con una regularidad pasmosa siempre en los lugares de podio, muy cerca de ellos o, simplemente, ganando tal y como al final ha acabado haciendo en seis ocasiones. Su rumbo nocturno qatarí dio paso a las victorias en Trentino, Alemania, Lombardía, Portugal y República Checa, por lo que en la arena de Assen le bastó con quedarse cuarto, no hacer mucho ruido y al finalizar todo volver a ver como los ‘tiffossi’, sus ‘tiffossi’, le alzaban en hombros para salir por la puerta grande. Y van nueve… está a un solo paso de igualar la gesta que parecía intocable de Stefan Everts, que cuenta en sus vitrinas con diez títulos… casi nada.
Pero, ¿dónde empezó todo? A finales de 2003, Antonio Cairoli tenía dieciocho años y pasó a formar parte del Team De Carli, algo que le ha acabado transformando por completo y un binomio que ni la multinacional austriaca ha gozado nunca tocar. Claudio De Carli programó, ayudado, cómo no, por su staff técnico, una pretemporada entre Roma, lugar donde tiene su base de operaciones la estructura, y Bélgica, el auténtico paraíso de todo crossista y, a la postre, el lugar que marca las diferencias entre pilotos… léase el estado de forma en que se encuentran dos ‘amantes’ de la arena como son el español Jorge Prado o el holandés Jeffrey Herlings….

Tras un trabajo muy intenso a bordo de la Yamaha 250cc 4T, el siciliano ya se hizo a la idea de varias cosas, entre ellas que la moto progresaba adecuadamente y que él había dado un salto de calidad importante. Ahí se comenzó a gestar, o mejor dicho a pulir, un campeonísimo como el que ahora conocemos. En 2004 ya fue tercero en el Mundial de MX2 que ganó Ben Townley y en el que quedó segundo Tyla Rattray. En 2005, asestó el golpe definitivo con la consecución de su primer título, justo un el mismo año del noveno título de Everts, que aguantó ganando un año más antes de su retirada en 2006. El francés Cristophe Pourcel fue quien no dejó que la racha de Cairoli siguiera al año siguiente, pero ya en 2007 gracias a llevarse 21 de las 30 mangas en juego revalidó su título de MX2. Ya llevaba dos. No obstante, las lesiones no pasan en balde para nadie cuando hablamos de motocross y el #222 solo pudo ser sexto en 2008 al estar las cinco últimas rondas de la temporada lejos de los circuitos.
Todavía sobre Yamaha, se recuperó a la perfección y se fijó como objetivo el hecho de poder ascender a la clase reina, por aquél entonces MX1, y llevarse el título. No defraudó básicamente porque un doble triunfo en el Gran Premio de Turquía le alzó hasta la primera posición de la general provisional y ya no dejó el puesto a nadie. Ni a Max Nagl ni a Clement Desalle que lucharon hasta el final por pisarle los talones y arrebatarle el puesto. Pero esta vez ya ganó con solvencia… sabiendo lo que tenía que hacer y con muy pocas ganas de que nadie más le cortara su progresión.

Cairoli

Fue en 2010 cuando comenzó su otro idilio, esta vez con KTM, pero nunca dejando a un lado al equipo italiano de De Carli que tan bien le había llevado en volandas hasta las más altas esferas. Y así se hizo la unión de la fuerza y de todo un monólogo que duró hasta 2013 en la extinta categoría de MX1 y tuvo su continuidad en 2014 siendo el primer vencedor de lo que hoy conocemos como MXGP.

Dos rookies, como él bien hizo en su día, le cortaron las alas al llegar a su cielo, sin embargo al César lo que es del César y ha recobrado su auténtico lugar en el mundo siempre con esa sonrisa y esa manera de saber controlar a sus rivales pasmosa. También con aquello que lleva tatuado en la mente desde la primera vez que se sentó en una moto y que ya nunca le ha dejado: ‘Velocità, fango e gloria’.
Antonio Cairoli tiene todavía contrato con la multinacional austriaca hasta 2018, así que el asedio al olimpo Everts seguro que es lo primero que se le pasó en Assen por la cabeza una vez se vio campeón de su noveno título intercontinental.
Muchos lo han intentado este 2017, pero pocos han logrado pararle los pies al todopoderoso italiano. Solo él, Jeffrey Herlings ha sido capaz de poner a raya a su compañero en KTM. Los dos llevan la misma montura, aunque cada uno hace la vida y la guerra por su lado. Y la estrategia no ha salido nada mal a la marca naranja, pues conseguirán una primera posición en MXGP, una segunda con el holandés y, de bien seguro, el triunfo global también en MX2 con Pauls Jonass. A la fiesta se va uniendo a pequeños, grandes e incluso en ocasiones pasos de gigante otra de las joyas de la corona, el español Jorge Prado, que ya lleva tres victorias en MX2 y se postula como un claro favorito al título el año que viene.

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